Es imposible de creer lo que recién sucedió en nuestro estadio Pascual Guerrero de nuestra bella ciudad de Cali. Como es posible que haya gente tan bruta e ignorante que sea capaz de cometer estos actos tan cobardes, actos que dejan por el piso, no solo a nivel nacional sino internacional, la imagen de un equipo como el América, de una ciudad como Cali, y de un país como Colombia. Un país que esta viviendo una situación de violencia tan grande, y que además esta semana nuestro presidente ha estado tratando de demostrarle al mundo que los violentos guerrilleros están en las montañas y en nuestras fronteras combatiendo, pero realmente después de los actos realizados por estos antisociales que se hacen llamar “hinchas”supuestamente, nos damos cuenta, y lo peor le dejamos saber al mundo, que los guerrilleros están en los estadios también, y que somos un país violento, una ciudad ala cual no se debe ni siquiera visitar.
Desde cuando acá los estadios se han convertido en circos romanos, campos de batallas. Desde cuando acá el deporte llamado el mejor espectáculo del mundo, el fútbol, se ha convertido en una pasión, y un fanatismo que nos lleva a la agresión mutua e incluso a la muerte. Desde cuando acá la pobreza se convirtió en sinónimo de droga, violencia, brutalidad, atraso mental.
Saben que, tengo buenos recuerdos, de hace quizás unos 25 años atrás en que mi padre humildemente me llevaba a el estadio Pascual Guerrero, a la tribuna de sur, no solo por ser la mas barata, sino por el ambiente de esa tribuna, ya que lógicamente como siempre ha sido tradición esa tribuna es de la gente popular, de gente pobre pero honrada, que se reunían para simplemente presenciar un bonito juego. Tribuna en la cual lo mas malo que sucedía era que alguien de repente iniciaba a fumar los cigarrillos con olor salvaje, o que quizás se le robaban unos maníes a el repartidor, pero nada mas que eso. Después de unos años, las cosas empezaron a cambiar, coincidencialmente, cuando la televisión por cable nos empezó a dejar ver el fútbol europeo y el fútbol argentino, aprendiendo, o mas bien copiando, de este ultimo todas las cosas malas.
Que falta de personalidad tenemos, que falta de creatividad, no somos originales para nada, solo nos contentamos con copiar las cosas malas de las barras de los equipos argentinos. Sus gestos corporales,su modo de insultar o atacarse, sus cantos, es mas para el colmo, algunos miran a esas barras argentinas como las grandes maestras y fundadoras.
Miren los tristes resultados, alrededor de 80 heridos, y un país o mas bien un mundo entero hablando mier..... o mas bien basura de nuestra ciudad de Cali, ciudad la cual muchos adoramos y estamos tratando de ayudar de cualquier manera. En mi caso personal he fundado esta corporación en la ciudad de Miami, denominada CALI SI ES CHEVERE, ahora después de estos incidentes, quien va creer que Cali si es chevere ?, yo por lo menos que soy caleño y ferviente seguidor del América, pongo en duda que Cali es la ciudad chevere y segura para que los turistas la visiten, o para que inviertan en ella.
Ciudadanos, hinchas de las barras de los dos equipos tanto del América como del Cali, por favor no le den mas motivos a el resto del país y del mundo, para que hablen pestes de nuestra ciudad, y mucho menos para ensuciar la imagen y el nombre de capital rumbera, salsera y cívica de Colombia, al contrario vamos a comprometernos a trabajar juntos por Cali y su desarrollo tanto cultural como físico.
Creo que es justo que sancionen al Pascual Guerrero y a la dos hinchadas del Valle del Cauca, especialmente a la de BARÓN ROJO SUR del América, yo creo que esta barra debe tener total prohibición de volver a los estadios de Colombia, y desafortunadamente pagaran justos por pecadores, ya que creo que en sur todavian quedan algunas buenas personas que solo van a ver buen fútbol y apoyar la mechita. Por ultimo, con mayor pena debo reconocer que a nuestro técnico Edison Umaña, se le fueron las luces, ya que el incito a que la violencia fisica se trasladara a el terreno de juego, creando de manera irresponsable una trifulca entre jugadores, cuerpo técnico, y directivos. Todo esto es gran parte resultado de la irresponsabilidad y mal manejo del arbitro del partido, que incidió notablemente en el resultado de este tan importante clásico vallecaucano. Esto no es suficiente razón, ni mucho menos excusa para que se generara esta violencia, pero si se le pide a la Federación Colombiana De Fútbol, que de la misma manera que van a analizar las broncas, analicen el dudoso trabajo arbitral del Sr.. Wilmar Roldan, que quizás fue el motivo mayor para que se generara tal violencia en las tribunas y en el terreno de juego.
Andrew
domingo, 9 de marzo de 2008
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